Tu aroma aún vive
Entre mis sábanas y cobijas
Abrigado entre mi declive
Cobijado, aun sobrevive.
El viento todavía lo transporta
Volando hacia mí, perpetuo.
Regreso a ver y veo
Que no eres tú,
Solo tu aroma en otro cuerpo.
Aquellas prendas aún conservan
El olor de tu misterio
Aquellas, que usaste esa mañana
Oscura y gris de invierno.
Tu aroma
Recorre las pequeñas calles
Que caminábamos con desespero
Y cada esquina a la que llego
Tu aroma golpea a mi tormento.
Tu aroma,
Tu dulce y delicado aroma
Permanece todavía guardado
Entre estas cuatro paredes
Aquí se ha quedado clavado,
Sempiterno, imperecedero,
A mi corazón lo tiene excitado.
¿Volverás a prodigarlo, nuevamente,
En el aire de mi pasión?
¿Volverás a regarlo lentamente
Y provocarme desesperación?
¿Dónde podré obtenerlo de nuevo
Si te fuiste y nunca más volverás?
¿Dónde lo hallaré si no estás
Y tan solo dejaste tu olor de recuerdo?
¿Es preciso hacerlo desaparecer
Para calmar a mi corazón turbulento?
¿Es preciso extinguirlo sin más
para olvidarte y no tenerte jamás?
Solo la nostalgia de un olor
Queda latente como una maldición
Solo la nostalgia de un amor
Permanece intensa
Y es dulce aquel dolor.
Intento escapar de él
Más es en vano.
Cada fibra de mi piel
Se contaminó
Por el roce de tu mano.
Termina,
Termina ya esta tortura,
Aún tu olor contamina mi aire
Me quita la cordura.
Termina,
Acaba ya con mi existencia,
Hazlo rápido, hazlo con violencia,
hazlo rápido, quítame esta demencia.
Autor: Sebastián Chiguano.
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